Al inicio del procedimiento se realizará una miniesternotomía de unos 8 centímetros de longitud, donde se introducirán equipos para clipaje en la parte anterior y posterior del aneurisma. Luego se inserta una pequeña cámara, que genera imágenes en muy alta definición, para ofrecer al cirujano una visión amplia.
En el lugar de la dilatación se colocará una prótesis, generalmente de Dacrón, y se realizarán las anastomosis necesarias. En algunos casos, es necesario extirpar las arterias coronarias y, después de los procedimientos, realizar el reimplante, la llamada operación de Bentall.
Si la válvula aórtica presenta problemas derivados del aneurisma o la degeneración, se sustituirá por una prótesis mecánica o biológica, según parámetros como la edad, presencia de otras enfermedades y otras orientaciones médicas.
El uso del abordaje mínimamente invasivo significa que la duración de la estancia hospitalaria es en promedio de 5 días. Con menos dolor y molestias, el paciente puede volver a sus actividades diarias en poco tiempo.
La presencia de un aneurisma en la aorta ascendente trae consigo cambios significativos en la vida de una persona, como la restricción de actividades aeróbicas más intensas, el levantamiento de peso y el uso de diversos medicamentos de control. Después de la cirugía y el período de adaptación, podrá practicar más actividades, respirará mejor, ya no tendrá dolor en el pecho y volverá a tener calidad de vida.
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